LA FUNCIÓN DEL ARTE
EDUARDO GALEANO
Diego no conocía la mar.
El padre, Santiago Kovadloff, lo llevó a descubrirla.
Viajaron al sur.
Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando...
Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena, después de mucho caminar, la mar estalló ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad de la mar, y tanto su fulgor, que el niño quedó mudo de hermosura.
Y cuando por fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió a su padre:
- ¡Ayúdame a mirar!
Cuando algo te sorprende, por la magnitud de su belleza, o cuando alguien te asombra con un gesto inesperado... no puedes evitar, aunque sea sólo unos segundos, quedarte inmóvil y sin poder articular palabra alguna...
Dependiendo de la intensidad de esa emoción, incluso, derramas alguna dulce lágrima... pero siempre... fíjate y verás... siempre... se dibuja en tu rostro una preciosa sonrisa...
¿A qué te ha pasado alguna vez? ¿Lo compartes conmigo?
Cuéntame...
A mí me encantaría escucharte...
Y recuerda que tienes la versión recitada del poema. Click aquí para ver el vídeo...
Si te gusta Eduardo Galeano, puedes disfrutar también de La noche, otro poema suyo.
¡Hasta pronto!
- domingo, mayo 29, 2016
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