El vídeo del pequeño Leopold de Seattle, y su reacción al ver a su mamá, se está haciendo viral. ¡Y no es para menos!

Leopold, sufre un problema ocular llamado "Albinismo Oculocutáneo" que no le permite tener una correcta visión. 

Se le han fabricado unas gafas totalmente adaptadas a su problema y a su reducida edad, para que pueda llegar a ver perfectamente.

Como has podido ver, en el vídeo se recoge el momento justo en el que su mamá le coloca por primera vez las gafas. Ella le habla y Leopold conoce quién es, como siempre, pero de repente comprende que ahora la puede ver con absoluta claridad.

Leopold, de pocos meses de edad, no puede hablar para explicar sus sentimientos, ni hacer un gesto adulto de agradecimiento. ¿Y qué hace? Le ofrece una gran sonrisa a su mamá, quedando más que patente, que la reconoce y que se siente feliz de poder verla bien, al fin.

¡Qué grande es la sonrisa!

Es el más grande de los gestos de comunicación, y el motor más potente de transmisión de emociones.

Y además es contagioso...

Porque así como se ve en el vídeo la gran sonrisa del pequeño, y se escucha la de su madre en ver a Leopold feliz, hay otra cosa de la que estoy absolutamente convencida, incluso sin ser testigo... y es que tú también has sonreído. 

¡Seguro!¡Me apuesto un café! 

¿Has sido así o no? 

Vamos, cuéntamelo...